#LaHoraDeLaSerieDelCaribe
La Serie del Caribe, el torneo que por décadas ha simbolizado la pasión beisbolera y la identidad compartida del Caribe, atraviesa una crisis inédita.
La Confederación de Béisbol Profesional del Caribe (CBPC) había anunciado a Venezuela como sede oficial para la edición 2026, con partidos programados en Caracas y La Guaira. Sin embargo, las ligas de República Dominicana, Puerto Rico y México comunicaron que no participarán, alegando “situaciones externas ajenas a su control”. La decisión dejó al evento sin tres de sus pilares históricos y puso en duda la viabilidad del torneo.
La CBPC respondió retirando la sede a Venezuela y abriendo un proceso de evaluación para definir alternativas. Mientras tanto, la Liga Venezolana de Béisbol Profesional insiste en que tiene condiciones organizativas para recibir el certamen, aunque la decisión final ya no depende de ella.
🌍 Más allá del diamante
La ausencia de tres ligas emblemáticas no solo afecta la competitividad deportiva, sino que golpea la credibilidad institucional de la CBPC. La Serie del Caribe ha sido, desde su creación, un espacio de encuentro cultural y deportivo que trasciende fronteras. Su suspensión o debilitamiento sería un golpe a la narrativa de unidad caribeña que el béisbol ha tejido durante generaciones.

La pregunta que queda flotando es simple pero profunda:
¿Cómo sostener un torneo que nació para unir, cuando las mismas ligas que lo fundaron deciden apartarse?