#LaHoraDeLaReflexión
Santo Domingo, 5 de diciembre de 2025. – En un contexto social marcado por la necesidad de fortalecer la convivencia y el respeto mutuo, se hace un llamado a la ciudadanía a reflexionar sobre las actitudes que, como las “luces altas” de un vehículo, terminan por encandilar y afectar a los demás. Esta metáfora simboliza aquellas conductas cotidianas que, por exceso de protagonismo o falta de consideración, generan incomodidad, invisibilizan al otro y debilitan la confianza en los espacios compartidos.
Mantener las “luces altas” en la vida social significa imponer la propia voz sin escuchar, ocupar espacios sin compartir, exigir sin reciprocidad. Estas prácticas, lejos de construir comunidad, erosionan la armonía y fomentan la indiferencia. Por el contrario, aprender a “bajar las luces” es un gesto de civismo y empatía: reconocer al otro, permitirle ser visto y escuchado, y abrir la posibilidad de un diálogo respetuoso.

La verdadera claridad no está en deslumbrar, sino en iluminar sin dañar. La convivencia se sostiene en gestos simples de respeto, humildad y cooperación. En tiempos donde la individualidad parece imponerse sobre lo colectivo, este llamado busca recordar que la sociedad no necesita destellos que ciegan, sino luces que orienten con responsabilidad y humanidad.