#LaHoraDeLosPadres

Por: Máximo Cury ✍️

En la educación dominicana, la disciplina ha estado históricamente ligada a la autoridad rígida y al uso del castigo verbal como mecanismo de corrección. Sin embargo, la crianza sin gritos plantea un cambio de paradigma: educar desde el respeto y la firmeza, sin recurrir a la intimidación.

El desafío cultural

En muchos hogares dominicanos, los gritos han sido normalizados como parte de la crianza. Padres y madres suelen repetir patrones aprendidos, creyendo que el alzar la voz es sinónimo de control. No obstante, estudios demuestran que la disciplina basada en el miedo genera consecuencias negativas en la autoestima y el desarrollo emocional de los niños.

Hacia una educación basada en el respeto

Para transformar la crianza en nuestro país, es necesario romper con viejas creencias y adoptar estrategias más efectivas:

  1. Autoridad sin agresión: Establecer límites claros, pero sin gritos, ayuda a fortalecer la comunicación sin dañar la confianza del niño.
  2. Educación emocional: La paciencia y el autocuidado parental son claves para responder con calma a los desafíos diarios.
  3. Alternativas al castigo verbal: En lugar de gritos, utilizar consecuencias naturales y fomentar el diálogo para corregir conductas.
  4. Cambio generacional: Preparar a las nuevas generaciones para educar con respeto garantizará una sociedad más equilibrada.

Un país que educa desde el respeto

La crianza sin gritos no es solo una cuestión familiar, sino un desafío educativo que requiere cambios en el hogar, en la escuela y en la sociedad. Educar con respeto es formar ciudadanos más empáticos, responsables y capaces de resolver conflictos sin violencia.

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