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En los últimos días, los docentes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) han alzado su voz en demanda del cumplimiento de diversos compromisos laborales que consideran pendientes. Esta situación ha generado un ambiente de tensión dentro de la institución educativa más antigua de América.
Las demandas de los profesores abarcan varias áreas cruciales. Entre las principales reivindicaciones se encuentra la estabilidad salarial, un tema recurrente en las mesas de negociación. Los docentes exigen que sus sueldos reflejen no solo la inflación actual, sino también el reconocimiento de su ardua labor y dedicación a la educación superior.
Otro punto crítico es la apertura de secciones y carreras según las necesidades reales de los estudiantes y la sociedad. Los educadores argumentan que es esencial adaptar la oferta académica a las demandas actuales del mercado laboral y las necesidades del país, para garantizar una educación relevante y de calidad.
Además, los docentes piden una seguridad social integral que cubra todas sus necesidades y les brinde la tranquilidad necesaria para desempeñar sus funciones de manera efectiva. La seguridad social no es solo un derecho, sino una necesidad fundamental para asegurar el bienestar de los profesores y sus familias.
El presidente de la Federación de Asociaciones de Profesores de la UASD, Efraín Javier, ha sido una figura clave en estas demandas. En varias ocasiones ha expresado que, si no se atienden estas reivindicaciones, la federación considerará medidas de presión más drásticas, como un paro total de labores.
No obstante, tras intensas negociaciones, recientemente se llegó a un acuerdo preliminar con el rector de la universidad. Este acuerdo ha logrado, al menos temporalmente, suspender el llamado a huelga, ofreciendo un rayo de esperanza tanto para los docentes como para los estudiantes de la UASD.
Los docentes de la UASD continúan en su lucha por mejores condiciones laborales, una mejor remuneración y una educación de calidad. La atención a estas demandas no solo beneficiará a los profesores, sino también a toda la comunidad universitaria y a la sociedad en general.
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