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En un esfuerzo por mejorar la rehabilitación y reintegración de personas privadas de libertad, el Ministerio de Educación de la República Dominicana (Minerd) y la Oficina Nacional de Apoyo a la Reforma Penitenciaria (Onaprep) han iniciado un ambicioso proyecto para implementar la educación obligatoria en los centros penitenciarios del país.

El objetivo principal de esta colaboración es establecer centros educativos de educación básica y secundaria en las nuevas cárceles que se están proyectando bajo el Nuevo Modelo Penitenciario. Este modelo no solo se enfoca en la seguridad y el orden, sino también en la rehabilitación efectiva de los reclusos a través de la educación.

Entre las instalaciones que se priorizarán se encuentran las cárceles de Anamuya, Las Parras, Barahona y San Juan, que se espera estén operativas en 2025. Estas nuevas infraestructuras educativas ofrecerán a los internos la oportunidad de continuar sus estudios, lo que les permitirá adquirir habilidades y conocimientos que serán esenciales para su reintegración social una vez que cumplan sus condenas.

La educación en los centros penitenciarios se ha demostrado como una herramienta poderosa para reducir la reincidencia. Los estudios indican que los reclusos que participan en programas educativos tienen una mayor probabilidad de reinsertarse exitosamente en la sociedad y llevar una vida productiva. Además, la educación fomenta un ambiente de respeto y disciplina dentro de las cárceles, contribuyendo a una mejor convivencia.

Estudiantes Reclusos

Esta iniciativa del Minerd y Onaprep no solo representa un avance significativo en la política penitenciaria del país, sino que también refleja un compromiso con la dignidad y los derechos humanos de las personas privadas de libertad. A través de la educación, se busca ofrecerles una segunda oportunidad y las herramientas necesarias para construir un futuro mejor.

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