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La República Dominicana está en la mira de uno de los actores más poderosos del mundo financiero: BlackRock, a través de su firma especializada en infraestructura, Global Infrastructure Partners (GIP). En negociaciones avanzadas para adquirir el grupo AES Corporation por US$38,000 millones, GIP podría asumir el control de AES Dominicana, una pieza clave en el sistema eléctrico nacional.

🌍 ¿Por qué República Dominicana?

AES Dominicana opera la central Andrés, el terminal de gas natural en Boca Chica y participa en proyectos solares como Las Peravias I y II, y Mirasol. Con una disponibilidad operativa del 95% y una participación del 18% en el mercado eléctrico nacional, su rol es estratégico. En 2025, se proyecta que aportará 240 megavatios adicionales en energía solar, consolidando su liderazgo en la transición energética local.

Este perfil convierte a República Dominicana en un hub energético regional, atractivo para inversionistas globales que buscan estabilidad, crecimiento y sostenibilidad.

🏗️ BlackRock: más que capital, visión estructural

Desde que adquirió GIP en 2024, BlackRock administra más de US$200,000 millones en activos de infraestructura, con presencia en aeropuertos, redes de gas y proyectos renovables en más de 100 países. Su interés en AES no es casual: busca controlar nodos energéticos que abastecen desde hogares hasta centros de datos de gigantes como Microsoft y Meta.

La inversión en República Dominicana se alinea con tres objetivos clave de BlackRock:

  • Descarbonización acelerada en mercados emergentes
  • Integración energética regional con visión tecnológica
  • Estabilidad operativa en entornos confiables

🧭 ¿Qué implicaría esta inversión para el país?

  • Refuerzo de la seguridad energética nacional
  • Atracción de más capital extranjero en energía limpia
  • Transferencia de tecnología y mejores prácticas operativas
  • Mayor visibilidad internacional como destino energético confiable

Según cifras oficiales, el país captó más de US$3,500 millones en inversión energética y minera entre 2022 y 2024, y el sector energético fue el segundo mayor receptor de inversión extranjera directa en 2024. Este contexto convierte a República Dominicana en un terreno fértil para alianzas estratégicas como la que propone BlackRock.

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